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Refugiados alojados en un campamento en la ciudad lituana de Kybartai se niegan a comer

Greater Middle East (bbabo.net), - En el centro de detención lituano para inmigrantes ilegales, ubicado en el edificio de la antigua prisión en la ciudad de Kybartai, los representantes del contingente se niegan a comer desde hace varios días. Las fuerzas de seguridad lituanas, sin embargo, argumentan que “esto no es una huelga de hambre”, sino que “la situación es estable”, escribe Delfi.lv.

“Alrededor de 200 migrantes no desayunaron hoy, la misma cantidad se negó a comer ayer. 100 migrantes no almorzaron hoy, 90 personas ayer, como 100 migrantes no cenaron ayer. En general, nunca ha sucedido que todos comieran al 100 % la comida que les ofrecía”, dijo Giedrius Mishutis, portavoz del Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Lituania.

Según él, los migrantes dicen que no comen porque no saben bien. “Hablamos con ellos ayer, la mayoría dijo que la comida es normal, pero a otros no les gusta. 516 personas viven aquí. Personas de diferentes países, a algunos les gusta la comida, a otros no. La situación es estable. Ellos cocinan en sus cocinas. Allí, sobre todo en Kybartai, cocinan las 24 horas... Compran comida y cocinan lo que les gusta”, añadió.

Mishutis dijo que una de las razones por las que los inmigrantes pueden rechazar la comida es que algunos de ellos han prolongado su estadía en Lituania por seis meses. “Hay alrededor de 200 de esos inmigrantes. Se niegan a regresar a su patria incluso con los pagos ofrecidos por Lituania”, dijo.

El otro día, los activistas de derechos humanos evaluaron las condiciones de detención de los refugiados en Kybartai como extremadamente insatisfactorias.

El 3 de febrero, los guardias lituanos utilizaron equipo especial contra dos refugiados detenidos en Kybartai. Primero, un ciudadano de Irak comenzó a comportarse agresivamente con un oficial de SOGS. Intentaron calmarlo, sin embargo, según aseguran las fuerzas de seguridad, comenzó a “provocar” a los guardias y se abalanzó sobre ellos gritando. Uno de los guardias lanzó gases lacrimógenos. Después de eso, el inmigrante ilegal se calmó. El iraquí fue examinado por médicos. Según los médicos, no necesitaba ayuda, pero seguía gritando. Otro ciudadano de Irak comenzó a expresar su descontento, gritando, no quería calmarse y cumplir con las exigencias de los guardias, comenzó a resistirlos físicamente. Éstos, valorando la situación, le ponen las esposas.

Recordemos que hace una semana, en otro centro de detención para inmigrantes en Rukla, las fuerzas de seguridad lituanas utilizaron gases lacrimógenos contra los refugiados insatisfechos condiciones de su alojamiento.

Refugiados alojados en un campamento en la ciudad lituana de Kybartai se niegan a comer