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Las naciones de MENA se preparan para un golpe económico como resultado de la crisis de Ucrania

La invasión rusa de Ucrania tendrá efectos de gran alcance en todo el mundo, incluso en Oriente Medio y el norte de África. Si bien la guerra presenta riesgos diplomáticos y de seguridad para la región, es probable que sus impactos más significativos sean económicos.

La guerra está elevando los precios de los alimentos y la energía, lo que se suma a los desafíos inflacionarios para las personas y exacerba los desafíos fiscales para los gobiernos. Una reducción en el turismo y otros impactos comerciales de las intensas sanciones a Rusia también presentará riesgos.

Rusia y Ucrania, combinadas, son los mayores proveedores de trigo de Oriente Medio. Los combates en Ucrania y las sanciones a Rusia amenazan con descarrilar la siembra y la cosecha, cerrar puertos, dañar las instalaciones de almacenamiento de granos y complicar el envío y la financiación. Estos riesgos ya están aumentando los precios del trigo a nivel mundial y podrían socavar gravemente el suministro a la región.

Las interrupciones en el suministro de trigo de Rusia y Ucrania son particularmente perjudiciales para Egipto, el mayor importador de trigo del mundo. Más del 80 por ciento de las importaciones de trigo de Egipto provienen de Ucrania y Rusia. Egipto también depende de estos dos países para su suministro de aceite de girasol, otro alimento básico. El pan es una parte muy importante de la dieta de los egipcios y representa un tercio de sus calorías, según la ONU. También tiene una profunda importancia cultural. Importar trigo es un peso enorme en el déficit fiscal de Egipto, ya que el gobierno actualmente proporciona subsidios de pan a dos tercios de la población. El gobierno ha estado planeando reducir los subsidios en el próximo presupuesto. Sin embargo, el nuevo aumento de los precios crea un dilema, ya que intensificaría el dolor de los egipcios por un recorte de los subsidios y también aumentaría la carga sobre el presupuesto.

La mayor parte del norte de África es vulnerable a las crisis de los precios del trigo. Túnez y Libia dependen en gran medida de las importaciones de trigo de Rusia y Ucrania. Argelia es un importante importador mundial de trigo. Además, el norte de África está experimentando graves sequías que amenazan la propia producción de trigo de la región. Los libaneses ya enfrentan una inflación galopante en muchos bienes y el Líbano importa alrededor del 60 por ciento de su trigo de Ucrania. Turquía, que también tiene una inflación muy alta, compra la gran mayoría de su trigo importado de Rusia, seguida de Ucrania. Yemen depende en gran medida del trigo importado y Rusia y Ucrania son dos de sus principales proveedores. Algunos de estos países tienen reservas de cereales para unos meses, pero no todos. Por ejemplo, la explosión de Beirut de 2020 dañó importantes silos de granos, dejando al Líbano con solo alrededor de un mes de reservas en la actualidad.

Los países del Golfo son menos vulnerables a las crisis de los precios de los alimentos, dada su menor población y mayores recursos fiscales. Sin embargo, los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Qatar importan cantidades significativas de trigo de Rusia y Ucrania, aunque el aumento de los precios del petróleo y el gas impulsará la capacidad de estos países para permitirse precios más altos del trigo.

La guerra también ha hecho subir aún más los precios del petróleo, que ya eran altos, llegando a cerca de 140 dólares por barril el lunes. Para la región MENA, los precios más altos del petróleo suelen ser un arma de doble filo. Para los exportadores de petróleo y gas, los precios más altos generarán mayores ingresos. Para los importadores de energía, el aumento de los precios se sumará a la inflación y a los grandes déficits fiscales. Incluso los exportadores que se benefician de precios más altos tendrán que utilizar parte de los mayores ingresos para pagar más por varios tipos de importaciones.

La guerra y las sanciones también ya están reduciendo el número de turistas rusos y ucranianos en la región, justo cuando el turismo se estaba recuperando de la pandemia. Turquía, Egipto y Dubái suelen ser destinos populares para los turistas rusos. Los rusos y los ucranianos también contribuyen al turismo en varios otros países.

Habrá otras consecuencias económicas y comerciales. La economía global ha seguido luchando con las interrupciones de la cadena de suministro inducidas por la pandemia y la reducción de las exportaciones de Ucrania y, en particular, de Rusia, complicará aún más la producción de muchos bienes en todo el mundo. Las empresas de MENA también deben considerar el impacto de las sanciones en sus operaciones, asociaciones e inversiones financieras y comerciales.

Las interrupciones en el suministro de trigo de Rusia y Ucrania son especialmente perjudiciales para Egipto, el mayor importador de trigo del mundo.

Las implicaciones económicas de la guerra también aumentan el riesgo de inestabilidad en varios países. El aumento de los precios del trigo y la energía, además de la inflación preexistente en toda la región y los recortes de subsidios en algunos países, presionará aún más a muchas personas que ya están luchando para pagar las necesidades básicas.Existe una larga historia de aumentos repentinos en los precios del pan o de la energía que desencadenan protestas y disturbios civiles en la región. Si el gobierno egipcio continúa con los planes para reducir los subsidios al pan al mismo tiempo que aumentan los precios en este alimento básico básico, es muy probable que se produzcan protestas; la principal incertidumbre es la escala de la protesta. La crisis monetaria de Turquía lo deja con poca capacidad para manejar el aumento de los precios de los alimentos. La economía y el nivel de vida del Líbano, que ya se están derrumbando, no tienen capacidad para manejar el aumento de los precios de la energía y el pan. Los países devastados por la guerra, como Libia y Yemen, carecen del ancho de banda para hacer frente a un aumento en los precios del trigo o la escasez de suministros. Varios de los países que más dependen de las importaciones de trigo de Rusia y Ucrania también son menos capaces de adaptarse a un shock de oferta o de precios.

La guerra en Ucrania llega en un momento particularmente difícil para muchos países de MENA. Además, es probable que los precios del pan aumenten cuando comience el Ramadán. Estos acontecimientos están intensificando una situación incendiaria en varios países.

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