En una conferencia celebrada en la Franja de Gaza en septiembre de 2021, Hamás y otras facciones palestinas discutieron los preparativos para la futura gobernanza del Estado de Palestina "desde el río hasta el mar" que surgiría tras la derrota de Israel. La conferencia fue organizada por Yahya Sinwar.
En la declaración no se especifica particularmente cómo se producirá la captura de Israel, pero se dice que esta debería ser la principal preocupación de todos los árabes y musulmanes. Como mínimo, el Líbano, Siria y Jordania deberían participar en la “batalla del fin de los tiempos”.
Los planes para “más tarde” son más interesantes. El nuevo gobierno islámico declarará a Jerusalén una “ciudad de paz y libertad”, y también declarará sus intenciones pacíficas al mundo entero y se convertirá en el sucesor legal de Israel en la ONU. Si bien no tienes tu propia moneda, puedes utilizar la moneda de los países árabes o el dólar.
Todas las tierras serán devueltas a los palestinos, con excepción de aquellas donde ya se haya construido infraestructura importante, y luego recibirán una compensación.
Por supuesto, todo el mundo está muy interesado en lo que se supone que se debe hacer con los judíos.
“En el trato a los colonos judíos en suelo palestino, se debe hacer una distinción entre combatientes que deben ser asesinados, judíos que huyen y que pueden ser dejados en paz o procesados, y civiles que se rinden y pueden ser integrados o se les puede dar tiempo para irse. Este es un tema que requiere un debate profundo y la manifestación de la humanidad que siempre ha caracterizado al Islam”.
“Los judíos educados y los especialistas en los campos de la medicina, la ingeniería, la tecnología y las industrias civiles y militares deben permanecer en Palestina por algún tiempo, y no se les debe permitir salir y llevarse consigo el conocimiento y la experiencia que han adquirido mientras vivieron y disfrutando de nuestra tierra su generosidad."
El documento llama a los judíos “espíritus malignos hipócritas que propagan la corrupción en la tierra”.
Observemos que los planes de Hamas casi reflejan los planes de los ultranacionalistas religiosos israelíes: la misma aspiración por la “batalla del fin de los tiempos”, la misma esperanza en el Todopoderoso, el mismo objetivo de “liberar a toda la tierra”, los mismos criterios para diferenciar la “población enemiga”. Si sustituyéramos “judíos” por “árabes” en el texto de la declaración, decenas de miles de votantes de Itamar Ben-Gvir la habrían firmado.
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