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Más prejuicios antimusulmanes en India

El último sesgo antimusulmán apoyado por el estado, si no patrocinado, en la India se da en la región de Haryana, más específicamente en el suburbio de Gurgaon en Delhi, donde los extremistas hindúes han estado protestando contra los musulmanes que ofrecen las oraciones del viernes al aire libre. El propio ministro principal de Haryana puso la guinda del pastel al decir que no se tolerarían las oraciones en los espacios abiertos de la región. Y ahora los musulmanes de la zona, que ya no tienen suficientes mezquitas para atender a su número los viernes, cuando las congregaciones son más grandes de lo habitual, tienen una cosa más de qué preocuparse.

Pero esto claramente no se trata de los espacios abiertos que se están disputando. El problema principal es el problema que los hindúes extremistas tienen con la religión musulmana y no han hecho nada para ocultar su odio desde que sus camaradas ganaron las elecciones de 2014 y llegaron a Delhi. En realidad, ha sucedido todo lo contrario, ya que los hindúes de línea dura aparentemente se han encargado de promover la agenda hindutva en las calles de la India. Y pueden estar seguros de que el estado no se interpondrá en su trabajo; más bien les echaría una mano.

Si bien se ha hablado de lo que ha estado sucediendo en la India desde 2014 en todo el mundo, es una pena que la comunidad internacional todavía esté cegada por el gran y lucrativo mercado de la India y continúe mirando para otro lado. En los últimos siete años, el gobierno de la India se ha inclinado tanto hacia la extrema derecha Hindutva que su una vez vibrante sociedad civil se ha quedado en completo silencio. Sin embargo, si esto dura mucho más, incluso los amigos poderosos e influyentes de la India no podrán evitar que se cuestionen sus credenciales seculares.

Tampoco pasará mucho tiempo antes de que las voces hindúes menos extremistas de la India comiencen a ganar fuerza y ​​respondan a los avances del BJP. Finalmente, el agrado de la administración de Modi por patrocinadores hindutva como Madhavrao Golwalker y sus enseñanzas, lo que implica una aversión muy visible por gente como Nehru y Gandhi, ha encendido más fricciones con el partido del Congreso y sus partidarios de lo que se puede mantener fácilmente en secreto. Pronto quedará claro que Modi y el BJP no son malas noticias solo para Pakistán, sino para casi todo el mundo. *

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